La policía alerta de que cada vez son más los pedófilos que se hacen pasar por menores para conseguir contenido sexual.
El Grooming es un término para describir la forma en que algunas personas se acercan a niños y jóvenes para ganar su confianza, crear lazos emocionales y poder abusar de ellos sexualmente. Grooming en el mundo real puede tener lugar en todo tipo de lugares —en el barrio local, en la casa, en la escuela o en la iglesia. En el peor de los casos, estas personas también pueden desear introducir al menor en ambientes de prostitución y explotación sexual.
Los groomers (personas que buscan hacer daño al menor) pueden ser hombres y mujeres de cualquier edad y de cualquier nivel económico o social. El grooming puede suceder online o en persona y, en muchas ocasiones, el groomer invierte tiempo considerable durante este periodo de preparación para ganarse la confianza de los niños y sus familias:
Pretendiendo ser alguien que no es.
Ofreciendo comprensión y consejos.
Obsequiando regalos.
Brindando atención al niño.
Utilizando su posición o reputación profesional.
Llevándolos a viajes, paseos y fiestas.
Más del 90% de los niños abusados sexualmente, fueron abusados por alguien que conocían.
Poco a poco los groomers van obteniendo más datos personales y de contacto. Seducen y provocan mediante el discurso y el envío de imágenes de tipo pornográfico para conseguir que el niño realice actos de naturaleza sexual. Suelen implementar "secretos" como una forma de controlar y asustar al niño para que se sienta avergonzado o culpable, y no denuncie el abuso.
Cómo evitarlo.
No proporcionar, o hacer fácilmente accesible a extraños, imágenes o información personal que pueda ser utilizada para otros fines.
Preservar la seguridad y confidencialidad de cuentas de usuario y contraseñas, así como la del propio ordenador.
No ceder ante el chantaje bajo ninguna circunstancia, puesto que ello supone aumentar la posición de fuerza del groomer.
No dudes en pedir ayuda si te encuentras ante una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés emocional.
Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es fundamental.
Analizar en qué delitos o irregularidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas para denunciar el abuso.
Buscar y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes y todo aquello que pueda demostrar las acciones del groomer o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar.
Formular una denuncia con un adecuado análisis de la situación y elementos de prueba que ayuden a la investigación.
Además, es conveniente que, como adultos:
Controlemos y supervisemos el acceso de los niños a Internet.
Concienticemos a los menores sobre los peligros que existen en la Red.
Mantengamos un diálogo abierto entre padres e hijos para crear un ambiente de confianza.
Instalemos un antivirus o software de control parental en el ordenador que utiliza el menor para protegerlo ante una situación no prevista.
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